Boletín Febrero



El comercio internacional es uno de los pilares fundamentales en las economías de los países y para el caso de México, Estados Unidos es su principal socio comercial, sin embargo, las recientes declaraciones del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el aumento de aranceles a los productos exportados desde México, han generado gran preocupación sobre el futuro del comercio bilateral entre ambos países.

La orden ejecutiva de Trump de incrementar los aranceles a los productos mexicanos afectará de manera directa a una de las industrias más importantes de México, la manufactura. En los últimos años, México ha sido clave para la producción de una amplia gama de bienes destinados a los consumidores estadounidenses, desde vehículos y autopartes hasta productos electrónicos y textiles, por lo que el aumento de los aranceles aumentará los costos, reduciendo su competitividad en el mercado estadounidense, ya que no solo afectará a las empresas exportadoras, sino también a las cadenas de suministro, el transporte, la logística y los servicios financieros.

El T-MEC es un acuerdo que establece las reglas para el comercio trilateral en América del Norte, sin embargo, el aumento de aranceles podría tener implicaciones directas en el funcionamiento y la estabilidad del dicho acuerdo, ya que estaría violando los principios de libre comercio, generando tensiones entre los países firmantes, ya que aunque el tratado tiene mecanismos de resolución de disputas que permitirían a México y Canadá presentar quejas si se aplican tarifas arancelarias adicionales, esta situación podría llevar un largo proceso de negociaciones y litigios que alteraría la estabilidad que se había buscado con la firma del acuerdo, creando un ambiente de incertidumbre para las empresas y los inversionistas.

Las acciones del presidente Trump, son parte de una táctica habitual de presión para obtener concesiones, ya que generan incertidumbre y volatilidad en los mercados, afectando la toma de decisiones de las empresas en México, generando una desaceleración en el comercio bilateral, al menos en el corto plazo. Por lo que se han implementado una serie de negociaciones intensas entre los países involucrados, dado el impacto negativo que tendría no solo para México, sino también para los sectores de Estados Unidos que dependen de las exportaciones mexicanas.

Al día de hoy el incremento a los aranceles se encuentra “pausado” por un mes en lo que se desarrollan las negociaciones entre los países involucrados, por lo que las empresas deben estar preparadas para adaptarse a un entorno comercial cada vez más impredecible. Las políticas proteccionistas de Trump y otros actores globales obligan a las empresas a mantenerse flexibles y a diversificar sus estrategias comerciales, de igual forma, deben estar atentas a las negociaciones que puedan surgir entre México y Estados Unidos para mitigar los efectos de los aranceles, como los acuerdos bilaterales o la reforma del T-MEC.

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