Las amenazas proteccionistas del gobierno entrante de Donald Trump han puesto de relieve la dependencia comercial que tiene México con Estados Unidos y los retos que conlleva diversificar el comercio con otros países.
De enero a noviembre de 2016, 82.7% de las exportaciones totales de México fueron a Estados Unidos y solo el 17.3% restante se repartió entre distintos países. Un abrumador 90% de las exportaciones fueron manufacturas.
México está inserto en cadenas de valor en la región de América del Norte, lo que explica que más del 76% de las importaciones que hizo de enero a noviembre del año pasado fueran de bienes intermedios, esto es, productos que se utilizan para fabricar otros que en muchas ocasiones se vuelven a exportar.
El perfil de la empresa exportadora que se encuentra en México siempre ha sido Estados Unidos ya que es más atractivo exportar hacia esta región que buscar otras naciones que tienen mucho menos riqueza, en donde trasladarlo es mucho más complejo y en donde hay que aceptar una competencia mayor, sobre todo de Asia.
Por ello, las amenazas de Trump como renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), salirse de él, o aplicar un impuesto de 35% para las empresas que muevan sus operaciones, generan preocupación en la industria mexicana.
Un punto importante es lograr mayor financiamiento, pues parte de lo que reduce la capacidad de la industria es la dificultad para encontrar recursos financieros. El 80% de las empresas manufactureras se financian a través de sus proveedores y solo el 36.9% de ellas elige un crédito bancario, de acuerdo con el sondeo que realizó el Banco de México entre varias empresas en el tercer trimestre del año pasado. La suma de esas cifras supera el 100% porque las empresas eligen más de una opción.
En su mayoría, las empresas destinan el crédito bancario a capital de trabajo, aunque afirman que las mayores limitantes para no utilizar nuevos créditos bancarios fueron la situación económica, las tasas de interés, y las condiciones de acceso al crédito, además de los colaterales que piden.
Para poder llegar a otros mercados y tener una mayor participación es necesario invertir en la infraestructura adecuada para ello, en particular en los puertos, que en 2016 movieron 400 millones de toneladas, una cifra todavía lejana de los 520 millones de toneladas que busca el gobierno federal.
Lo que es cierto es que hace falta un poco más de desarrollo y obviamente vendría bien, contar con el proyecto de Zonas Económicas Especiales para desarrollar infraestructura.